Destacan como autores:
Juan Martínez Montañés (1568-1694)
Es el creador de la escuela sevillana. Su producción es casi toda religiosa. Su talla está bien modelada, sus ropajes voluminosos dan grandiosidad a la imagen y concede gran importancia a la anatomía.
La obra que
revela su verdadera personalidad es El Cristo de la Clemencia en
la catedral de Sevilla. Sin excesivo dramatismo, con poca sangre
y aún vivo, mira hacia abajo en actitud de conversar con
el devoto. Ejecutó obras tan importantes como el Retablo de Santo Domingo, de la que sólo se conserva la estatua de Santo Domingo, que se halla en éxtasis, aunque la expresión sea de calma.
En el Retablo de San Isidoro del Campo, de Santípoce, en Sevilla, destaca la figura de San Jerónimo.
Crea el tipo
de Niño Jesús desnudo, delicioso y bello. El de la
Catedral de Sevilla desprende ternura, colocado sobre un cojín,
extiende sus brazos demandando un abrazo. Supone un acercamiento
a los afectos humanos.La Inmaculada ocupa un lugar especial en su iconografía. Para la catedral de Sevilla hace una Virgen que es una mujer joven, con el manto caído sobre los hombros, con la cabeza levemente inclinada y una pequeña sonrisa ingenua y melancólica que la dota de gran religiosidad.
Juan de Mesa (1583-1627)
Se formó como aprendiz en el taller de Montañés. Sus clientes fueron principalmente cofradías procesionales. El crucifijo es el tema más frecuente en su producción y en especial, las imágenes de Cristo antes de la muerte.
La culminación de su dramatismo está en El Jesús del Gran Poder de la Iglesia de este nombre en Sevilla. Es una imagen procesional de vestir, es la imagen sufriente y envejecida por la cruenta pasión.
Alonso Cano
(1601-1667)Fue un artista completo, pintor, escultor y arquitecto. Su producción pasa por tres momentos, sevillano, madrileño y granadino.
En Sevilla realiza el Retablo de la Iglesia de Nuestra Señora de Oliva de Lebrija. La Virgen de Oliva muestra su estilo idealizado, que aparece de forma solemne, casi hierática, recogiendo su manto en la parte superior.
Para la catedral de Granada hace una Inmaculada. Con la cabeza inclinada, abstraída, parece sobreponerse al espacio y al tiempo. El manto la envuelve en amplias curvas. Se trata de pequeñas imágenes con las que crea tipos nuevos, con un equilibrio armónico entre el idealismo y el realismo.
Pedro de Mena (1628-1688)
Es el gran maestro de la escultura en Granada y fue colaborador de Alonso Cano. Su estilo desde gran virtuosismo. Huye de la exaltación del dolor, sus rostros están levemente estilizados, sus figuras son lánguidas y contemplativas.

Dos de sus mejores
estatuas son el San Francisco de la catedral de Toledo y la Magdalena
Penitente para los jesuitas de Madrid. El punto de mayor expresividad es el rostro, que
da idea de inmenso sufrimiento y que proclama la contenida emoción
de un arrepentimiento
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