Una de las características del estilo rococó en la arquitectura será la marcada diferencia entre exteriores e interiores, siendo
el interior un lugar colorido, mientras la fachada se
caracterizará por la sencillez y la simplicidad. Se abandonan los
órdenes clásicos, y las fachadas de los edificios se distinguirán por
ser lisas, con edificios de forma circular, con un pabellón central
rodeado de un jardín o un parque natural.
Otras edificaciones podían
tomar la forma de pabellones encadenados, en contra del típico edificio
«bloque». Las estancias se hacen especializadas para cada función y con
una distribución muy cómoda, combinando ornamentación, colores y
mobiliario.
Se desarrollaron diferentes corrientes de
arquitectura en Francia, Italia y España.
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